La opción de no adquirir un seguro es completamente ilegal en el país, es por eso que se ha convertido en un requisito indispensable para poder circular libremente.
Sin embargo, existe toda una gama de pólizas de seguros para coches usados que puedes tener. Estas varían en sus precios según la cobertura que tengan.
En consecuencia, se pueden encontrar tres tipos de seguros elegibles que puedes contratar. En las siguientes líneas vamos a proceder a nombrarlos, y luego analizaremos qué beneficios aportan cada uno de ellos.
- Seguros a terceros.
- Seguros a terceros ampliados.
- Seguros a todo riesgo.
Seguros a terceros
Es la póliza más sencilla y por ende, la más básica de todas. Es el mínimo seguro que debe tener cualquier tipo de coche para transitar libremente. Este tipo de seguro debe incluir un seguro de responsabilidad civil que es otro requisito obligatorio para poder circular.
Además, la póliza debe cubrir los daños, tanto personales como materiales, que se puedan causar a terceros. El seguro de responsabilidad civil suplementaria, también debe ser incluida. Esta permite que el seguro de responsabilidad civil del asegurado se amplíe desde un punto de vista económico.
Entre tanto, la responsabilidad civil por remolques y caravanas, así como los objetos transportados en el vehículo suele incluirse en este tipo de seguros. A ello se le añade la defensa jurídica, reclamación de daños y la asistencia en viajes.
La póliza se complementa con la reclamación al Consorcio de Compensación de Seguros debido a daños vehiculares que se puedan producir por catástrofes de origen natural, terrorismo o actuaciones en nombre de la paz a través de las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad del estado.
En este tipo de seguros, el seguro de conductor puede incorporarse en la póliza a terceros, aunque esto es algo que no ocurre siempre. Por otra parte, tanto el coche asegurado como el propio conductor quedan excluidos de la protección del seguro obligatorio.
Seguros a terceros ampliados
Debido a las actuales necesidades, las aseguradoras han optado por ofrecer un tipo de seguros a terceros con características menos básicas que el antecesor, pero sin llegar a ser tan completas como las pólizas a todo riesgo, es decir, este tipo de seguro sería un punto intermedio entre una póliza básica y una completa.
Este tipo de seguros suele ofrecer una serie de pólizas elegibles de forma independiente o en formato de paquetes. Entre los más comunes, se cubren la rotura total o parcial de los parabrisas, seguro contra incendios y/o reparación de los daños que reciba el coche.
Además se incorporan otras coberturas como: servicios y asistencia específicas, responsabilidad civil del menor de edad conduciendo sin carné, defensa en multas de tráfico, subsidio por privación del permiso de conducir, robo del coche, entre otros.
Esto es interesante porque el conductor puede completar su protección y la del propio coche sin tener que renunciar a nada esencial.
Seguros a todo riesgo
Mediante esta póliza, el conductor puede disfrutar de una gama de coberturas, asistencias y servicios más completa. Es la razón por la cual se incrementa su costo, ya que se incorporan los seguros obligatorios como el de responsabilidad civil y todas aquellas destinadas a la protección de un tercero.
Del mismo modo, esta póliza de seguros a todo riesgo, incorpora protección al propio conductor y a su coche, en caso de que este se vea involucrado en un siniestro, independientemente si ha sido el causante o no del accidente.
Otro gran servicio que ofrece este tipo de póliza, es el coche de sustitución y la defensa en caso de multas de tráfico. Se pueden encontrar dos tipos de seguros a todo riesgo con o sin franquicia.
En la primera, tienen una desventaja, y es que solo cubren una parte de los gastos relacionados con el siniestro. La segunda opción, permite que la cobertura sea completa por parte de la aseguradora.